El componente Prevención de exploits detecta código de software diseñado para aprovechar vulnerabilidades en el equipo y, a través de estas, realizar acciones maliciosas o abusar de los privilegios de administración. Un exploit puede, por ejemplo, llevar a cabo un ataque de desbordamiento de búfer. Para ello, el exploit envía una gran cantidad de datos a una aplicación vulnerable. Al procesar estos datos, la aplicación vulnerable ejecuta código malintencionado. El ataque permite al exploit instalar malware sin autorización.
Cuando se detecta que una aplicación vulnerable ha intentado iniciar un archivo ejecutable y se determina que la orden no provino del usuario, Kaspersky Endpoint Security bloquea la ejecución del archivo o le muestra una notificación al usuario.